2 de mayo de 2012

::::LOS TRÁNSITOS COTIDIANOS AL TRABAJO:::


Forman parte de esos tránsitos cotidianos, esos decorados que nos conducen a esa condena (y gracias, muchos dirán hoy!), esa condena que es el trabajo alienado, la repetición absurda y aburrida que llena ese gran espacio vacío de nuestras vidas, eso que se nos cambia por unos números que virtualmente existen en unas cuentas y que sólo sirve para vivir según nos han impuesto o vendido, según lo ilusos que seamos.
Son esos tránsitos que recorremos como ausentes, tratando de ignorar algo que se nos despierta desde dentro.
Es una vieja fábrica de la calle Pallars nº 160 del Poblenou con un pasillo a la derecha que conduce a la nave del fondo, un pasillo largo y angosto, según se mire. Un pasaje interior bautizado con dos nombres, cuando se entra es el PASEO DE LOS TRISTES, pero cuando se sale es la AVENIDA DE LA ALEGRÍA.
 





El lugar, hoy ocupado por varias empresas menores debió conocer un pasado más "coherente" con aquel Poblenou fabril del pasado. Según parece aquí se localizaba la fundición Mateo Giralt, con esa alta y recta chimenea que forma parte del patrimonio industrial.