25 de septiembre de 2009

::::::::::::UNA DE ... CHIMENEAS!!!::::::::::::

Un "viejo amigo", uno de "esos" de izquierdas pero que creen ciegamente en eso que llaman "progreso" me espetó: ¿ Cómo vosotros, los "conservacionistas", estáis en contra de que se derruyan las fábricas y sus chimeneas, escenarios de la explotación obrera?
En un arrebato de "sentimiento religioso" le respondí: "De la misma manera que los cristianos poseen la cruz como símbolo de sacrificio y redención, "nosotros" los obreristas tomamos esos edificios y sus chimeneas, a parte de por su valor arquitectónico, como bandera del valor del "trabajo" y de la solidaridad, como fundamentos de una sociedad nueva".
No sé si mi amigo lo entendió, de hecho hace un par de años dejó de serlo, seguramente sus valores ya no se parecían a los míos.
Bueno... aquí va una de chimeneas!!! Unas ya no existen, otras simplemente esperan...y otras perviven ahogadas y readaptadas entre grandes edificios en ese engendro del 22@.

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9 de septiembre de 2009

::::::::::UNA ESTACIÓN DESAPARECIDA::::::::::

Todas las estaciones tienen algo de telúrico. Dalí decía que en la deriva de los continentes sólo en las estaciones uno se puede reencontrar. Todas tienen su misterio, una partida, una llegada, miles de miradas perdidas siguiendo su viaje particular.
El Poblenou, el Pueblo Nuevo de entonces, pronto se vió cruzado por aquel primer tren que en 1848 unía Barcelona y Mataró, si bien su estación no fue inaugurada hasta el 1886, bajo la influencia de los dueños de Can Girona, la empresa metalúrgica que luego se convertiría en MACOSA, y que tenía las instalaciones al lado mismo. Una prueba del poder que el capital, en este caso de Manuel Girona y familia, siempre ha tenido a la hora de diseñar el distrito. En 1907 se construiría la nueva estación que seguiría en funcionamiento hasta el 1989, en que fue demolida con la excusa del Cinturon del Litoral para antes de las Olimpíadas del 92. Desde 1929 su tendido de vías tuvo una gran preponderancia, pues fue depósito y taller de máquinas y vagones, además de la composición de los convoyes de la cercana estación de Francia.
Las vías, las denostadas vías, culpables de que el barrio y Barcelona viviera de espaldas al mar! Esa gran mentira, al menos relativa, que se repitió hasta la saciedad en los coros mediáticos del 92. Pues el mar siempre estuvo allí, más sucio, sin esa transparencia artificiosa de hoy, pero estaba allí, sólo hacía falta irlo a buscar. Y esa vías con su variedad de vagones aparcados eran una sugestiva invitación a esconderse y jugar.




* Fotos del Archivo Cuyàs/Institut Cartogràfic de Catalunya

8 de septiembre de 2009

::::Aquel Poblenou era algo más que un barrio::::

Hace pocos años cuando un residente,una persona algo mayor decía ir al centro de la ciudad, decía que "iba a Barcelona". Este era el concepto de barrio que se vivía entonces. Poblenou era la fábrica de Barcelona, también el límite, la frontera, también el detritus, con esa cloaca abierta del Bogatell o incluso un gran cementerio, como en la novela "Memento mori"*,que se expandía por sus calles los fines de semana. Y es que Poblenou era todo eso una gran fábrica donde la revolución industrial hizo sus ultimas fogatas antes que una vez trasladadas a la periferia terminar por desaparecer. Era esa cloaca, esa agua purulenta de oscuro ocre metálico que aún fluye menos pesada pero con más mierda (orgánica) por debajo de la urbe para soltarla lejos, pero no lo suficiente como para que su aroma no nos llegue de nuevo un día propicio del final del verano. Era y sigue siendo esta parte de la ciudad muerta, hoy incluso más que ayer. Los fines de semana y en verano los vecinos sacaban una silla a la calle, la televisión aparte de ser en blanco y negro, no ocupaba todo el tiempo libre. Hoy los que viven huyen de esa ciudad terciarizada con pantalón corto y el deposito lleno de gasolina.
Poblenou, aparte de su Rambla, antiguo Paseo del Triunfo, la única que junto con las del centro de Barcelona han aguantado desde los viejos tiempos. Tiene otro centro histórico, no quizás el primer núcleo habitado como a veces se dice, pero sí que guarda esa imagen primigenia.Me refiero claro está a la Plaça Prim, antigua de Isabel, o con su nombre nombre popular:Plaça dels Pescadors. En medio del derribo compulsivo de toda aquella zona y cada vez de una forma más precaria, nos ofrece aún un remanso tranquilo donde guarecernos bajo la sombra de los árboles que aún perviven, los "bellaombra" y ofrecernos el bálsamo del recuerdo. Eso si no coincides con el amplio despliegue de mesas del Restaurante "Els Pescadors" que en buena medida ha llegado a monopolizar el uso de la plaza.


No sólo la fotografía sino también la pintura retrató la atmósfera de la plaza
* Memento Mori, de Antonio Rabinad (Argos Vergara, BCN, 1983).