6 de febrero de 2014

SANT MARTÍ, DE LA IGLESIA AL SUBURBIO (I)

"Jo, nascut al carrer de Guifré el Pilós, un dels carrers més antics i tronats del Poble Nou, em vaig creure amb suficients drets legals per reivindicar l'autèntica naturalesa del meu barri". Con esta introducción el escritor del barrio Xavier Benguerel nos presentaba la reedición de su novela de juventud "Suburbi", "Suburbio", y es que tal era el término que podía definirlo y sin duda el más utilizado desde la prensa de Barcelona al referirse al barrio industrial del Poblenou (Pueblo Nuevo). Pero doscientos años antes todo era muy diferente, todo justo empezaban  a aparecer los primeros "prats d'indianes" (prados de indianas), aprovechando primero los grandes espacios y la abundancia de agua de Sant Martí de Provençals, a los que años depués seguirían las fábricas.
En el detalle del "Barcino magna parens" de Johann van Ghelen , el mapa que representa el asedio a Barcelona de 1714 (y que algunos tendréis en papel gracias a la novela "Victus" de Sánchez Piñol), podemos apreciar en el extremo izquierdo una recreación de aquel Sant Martí de Provençals de aquellos tiempos al lado de las tiendas de las tropas borbónicas. 


Ya hablamos a grandes rasgos de ese núcleo inicial cuando se trató de los orígenes históricos de Sant Martí de Provençals, de su primigenio carácter rural y de sus masías, pero vale la pena ampliar la información sobre la iglesia, el centro alrededor del cual se configuró ese primer núcleo habitado, para luego contraponerla a la aparición de ese barrio obrero, ese suburbio industrial, que crecerá al otro lado de municipio y que acabará conformando su personalidad.
Situación de la Iglesia  y las principales masías de alrededor en el "Ager provintialis" de 1897
Situación de la parroquia en el plano (1887) de Pere Falqués de la "Guía de Sant Martí de Provençals".
Es durante el gobierno del Conde Ramón Berenguer I (1035-1076) cuando la iglesia de "Sant Martín de Provincialis" aparece citada en los documentos de la época. Concretamente en 1052 como sufragánea de la de Santa María del Mar de Barcelona. Si bien alguna que otra fuente afirma que la pequeña iglesia de Sant Martí  tuvo sus orígenes alrededor del siglo V, cuando se erigió una pequeña capilla dedicada al obispo Martín de Tours (316-397), «el primer evangelizador de los payeses», y que fue destruida en  985  por Al-Mansur antes de "entrar" en Barcelona y posteriormente reconstruida en el 1010. Desde aquel 1052 hasta el decreto de Nova Planta de 1716 fue una parroquia bajo la jurisdicción de Santa María del Mar. La estructura del edificio tal como se le conoce fue edificado en 1432 siguiendo el estilo gótico y la fachada fue hecha por el escultor Joan Aymerich y pagada por el feligrés Joan Sellerer, para ser finalizada durante el siglo XVII en el estilo barroco. La iglesia está vinculada a la rectoría por un paso cubierto y elevado con forma de arcada. El edificio de la rectoría había sido durante los siglos XVll y XVlll una masía y también Ayuntamiento hasta la construcción del edificio de la Plaça Valentí Almirall. No hay que confundir dicha iglesia con la Parròquia del Clot también dedicada a Sant Martí, si bien ambas fueron quemadas durante la semana Trágica de 1909 y la Revolución de 1936.
Sobre el origen del término Provençals, existen dos principales teorías, una más "vulgar" que haría referencia a un grupo de pobladores provenzales que habitaría dichas tierras en un pasado lejano, una teoría que modernamente apoyó el arqueólogo y filólogo Josep Moran i Ocerinjauregui, y otra teoría más "culta" y que busca el fundamento histórico en lo que se refiere a los campos provinciales (Ager provintialis) que había alrededor de todas las colonias romanas. Lo que ya fundamentó el historiador y archivero Francesc de Bofarull i Sans en sus "Orígenes Del Pueblo De San Martín De Provensals".

Fragmento del "Pla de Barcelona a la Edad Mitjana" (Josep Moran / Pere Poll)
Esta versión que fue últimamente  poco valorada, toma de nuevo significación con el descubrimiento de una gran "vila romana" en Agosto del 2011,  en las obras de la nueva estación del AVE de Sagrera, a "tiro de piedra" de la Iglesia de Sant Martí, recordemos el origen del término "sagrera" como "espacio que rodeaba las iglesias y que tenía la consideración de territorio sagrado, protegido de la violencia feudal". Así el concepto "Ager provintialis" (campos de la província), se refiere a los campos de cultivo dedicados al suministro de alimentos a la ciudad amurallada de Barcinona. En este caso parece que fue una gran extensión de viñedos, que hicieron ricos a sus propietarios, como demuestran las excavaciones  de la vila romana, unas ruinas por cierto que sin rédito político dejaron pronto de interesar al Ayuntamiento.
Ruinas de la vila romana
Cabeza de una probable estatua de Dionisio
Mosaico probablemente del s. IV cuando la vila se reformó y se dotó de elementos de lujo.
En la Edad Media son muy escasos los documentos relativos al territorio que nos ocupa y en todo caso poco concretos, ahora bien si parece claro que del siglo XV al XVIII el núcleo principal de la población es la iglesia situada en el cruce de caminos de Fondal de Sant Martí y el de Provençals, y las masías que la circundan, junto a otros asentamientos rurales que se reparten por el término. Es en la segunda mitad del siglo XV cuando la iglesia es totalmente reconstruida y, como ya citamos, se tiene constancia de que Joan Sellerer encarga al escultor Joan Aymerich el portal de la fachada, donde se hace representar junto a su mujer a los pies del santo a caballo, que presidía el tímpano. Dos figuras de San Pedro y San Pablo flanqueban la entrada hasta  1936, año de su destrucción. 


Junto a la iglesia, formando un solo cuerpo, existía una torre almenada de defensa, seguramente de origen mucho más antiguo, parcialmente derruida, bien visible en el dibujo de Lola Anglada y en fotos de principios del siglo pasado.
Dibujo de Lola Anglada (1896-1984) de la parroquia de Sant Martí con ambientación romántica
En esta foto de 1929 aún se aprecia la torre almenada de defensa.
La iglesia fue incendiada durante la semana trágica en 1909 y a comienzos de la guerra civil y posteriormente reconstruida, si bien aún pudo conservar su pila bautismal del siglo XVII. Hoy ha perdido en parte algunas de sus referencias populares, pues en la leyenda, San Martín de Tours, antes de su conversión, se vio de joven,forzado a entrar en el ejército, sirviendo a caballo en la guardia imperial romana, por ello era patrón de las caballerías y las puertas de las iglesias dedicadas a su culto solían estar claveteadas de herraduras.
Antiguo portal claveteado con herraduras votivas.
Como nos dice Joan Amades en sus "Histories y Llegendes de Barcelona":
Els manescals i ferradors tenien per patró sant Martí, que el poble venerava com a advocat de les ferradures. Antigament els cavallers, i gent de tota mena que cavalcava, si la cavalleria tenia algún accident o en moltes d'altres ocasions, es dirigia a sant Martí i li oferien una ferradura, la qual, rebut el favor del sant, anaven a clavar a la porta de l'església. Les esglésies i capelles dedicades a Sant Martí solien tenir les portes cobertes de ferradures clavades. L'església de Sant Martí de Provençals encara n'estava folrada abans de la guerra civil."*


A menudo como en este caso la "Historia" reúne elementos casi contradictorios, la parroquia de Sant Martí y el barrio del Poblenou. Pero aunque ese origen religioso del municipio subrayó en el pasado por contraposición la personalidad de "suburbio obrero" del barrio, esa misma diferencia se sigue visibilizando hoy en día en el desprecio mal disimulado que el Poder ha demostrado por su geografía fabril, mientras que el núcleo más antiguo del Poblenou, la plaza Prim, a duras penas ha sobrevivido a las dentelladas especulativas, el entorno de la Iglesia, en un barrio, el de "Sant Martí-La Verneda", ya excesivamente machacado eso sí por la bárbara construcción feísta del desarrollismo, mantiene un espacio verde que realza la Iglesia y algunas de las masias próximas, que el ayuntamiento mantiene con fines sociales. Algo que por cierto han sabido aprovechar aquel grupo de acuarelistas de la "Colla dels dimecres" en su búsqueda de rincones pintorescos en la ciudad.

Eduardo Vicente
Raimundo Lopez
Rafael Pujals

Antes del Poblenou se desarrolló otro núcleo urbano dentro del municipio y centro de las primeras industrias, el Clot, cuyo nombre guarda las remembranzas medievales de las tierras de cultivo conocidas como Clotum Melis (Clot de la Mel). Pero será en el otro extremo, cerca del mar, que crecerá en linea distante del tiro del cañón de la Ciudadela militar, al lado del Cementerio, aquellos grupos de casas y barracas junto a las fábricas que proliferarán fuera de las murallas de Barcelona, como un suburbio, dando lugar a la mayor concentración industrial del país y campo de batalla de la lucha de clases, el Poblenou, entonces Pueblo Nuevo. Nada que ver con la iglesia de Sant Martí y su entorno rural, pero eso ya lo veremos en otro capítulo.
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*"Los veterinarios y herradores tenían por patrón a San Martín, que el pueblo veneraba como abogado de las herraduras. Antiguamente los caballeros, y gente de todo tipo que cabalgaba, si la caballería tenía algún accidente o en muchas otras ocasiones, se dirigía a San Martín y le ofrecían una herradura, la cual, recibido el favor del santo, iban a clavar a la puerta de la iglesia. Las iglesias y capillas dedicadas a San Martín solían tener las puertas cubiertas de herraduras clavadas. La iglesia de Sant Martí de Provençals aún estaba forrada antes de la guerra civil.